El omega 3 como antiinflamatorio ante la COVID-19.
El pasado 26 de enero, la mayoría de periódicos se hacían eco del primer estudio científico que mostraba evidencias directas que, a mayores niveles de omega-3 en sangre, menor gravedad y mortalidad en pacientes con una enfermedad por COVID-19.
Para comprender mejor esta noticia tan alentadora sobre los efectos beneficiosos de los omega-3 en la enfermedad por COVID-19 vamos a ir paso por paso; primero conocer que produce el virus Sars-Cov-2 cuando entra en nuestro organismo, segundo desgranar el estudio piloto llevado a cabo en los pacientes infectados y finalmente describir los efectos antiinflamatorios del EPA y DHA que pueden estar detrás de la disminución de la gravedad y mortalidad de la COVID-19. Vamos a por ello entonces.
La enfermedad por COVID-19
Según los datos actualizados de la Universidad de Medicina de Johns Hopkins a nivel mundial se han contabilizado 106 millones de casos y 2,3 millones de muertes por COVID-19 desde el inicio de la pandemia hasta febrero 2021.
Los pacientes diagnosticados con COVID-19 presentan síntomas que van desde asintomáticos (sin síntomas) síntomas severos, incluyendo fiebre, dificultad para respirar, tos seca, anosmia (falta de gusto), dolores musculares y anomalías gastrointestinales.
Las complicaciones graves se deben en gran medida a la una respuesta exagerada del sistema inmunológico del paciente que conduce a una “tormenta de citocinas”, es decir, el organismo ante el virus se defiende con una respuesta inflamatoria exagerada. Esto da lugar a una respuesta multiorgánica con alteraciones de la coagulación, mayor dificultad respiratoria, menor saturación de oxígeno, estrés oxidativo, insuficiencia renal y hepática e incluso muerte.
En el análisis de los 2,6 millones de casos notificados de COVID-19 en España a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) desde mayo 2020 hasta febrero 2021, el 92,6 % de los casos han sido asintomáticos o pasaron una enfermedad leve, el 5,7% fueron hospitalizados, un 0,5% ingresaron en UCI y un 1,2% fallecieron.
Según los datos recopilados hasta el momento por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitaria (CCAES), los grupos con mayor riesgo de desarrollar enfermedad grave por COVID19 son personas mayores, especialmente a partir de 70 años, con enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial, diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer, inmunodepresión y otras enfermedades crónicas. Las personas con obesidad y fumadoras también parecen tener más riesgo según esta fuente.
El estudio de Investigación con pacientes COVID-19
Esta investigación piloto la han llevado a cabo el Instituto de Investigación de Ácidos Grasos (FARI, sus siglas en inglés) y otros centros colaboradores de EEUU como el Centro Médico Cedars-SinaI se ha publicado en la revista “Prostaglandins, Leukotrienes and Essential Fatty Acids”.
La hipótesis principal de este estudio se basa en la propiedad antiinflamatorio de los ácidos grasos omega-3 de cadena larga, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que podrían ayudar a reducir la cantidad de personas que enferman y mueren debido a la infección por COVID-19.
Para demostrar esta hipótesis, los investigadores realizaron un estudio piloto, a pequeña escala, con 100 pacientes infectados por COVID-19, de los que se recogieron muestras de sangre en el momento de admisión en el hospital y se determinaron el índice de omega-3 (O3I, siglas en inglés). La prueba del 03I sirve como una medida de la cantidad de EPA y DHA en la sangre, especialmente en la membrana de los glóbulos rojos. Este índice muestra la proporción de ácidos grasos omega-3 con respecto a todos los demás ácidos grasos.
4 grupos en función del O3I
Los enfermos los clasificaron en 4 grupos en función del O3I, del grupo 1 al 3 se encontraban 75 pacientes con un O3I menor del 4% y menor al 5,7%; el grupo 4 contaba con 25 pacientes con valores de O3I superiores o iguales al 5,7%. Durante el estudio se murieron en total 14 enfermos por Covid-19, 13 formaban parte del grupo con niveles bajos de O3I y 1 se encontraba en el grupo con elevado contenido de omega-3 en la sangre.
La conclusión de este estudio clínico preliminar es la siguiente: “Nosotros encontramos (en modelos estadísticos ajustados por edad-sexo) que aquellos pacientes con un O3I de 5,7 % o mayor, presentan un 75% menos de riesgo de muerte comparado con aquellos que presentan valores menores”. Los resultados de esta investigación son los primeros en encontrar una relación directa entre elevados contenidos de omega-3 en sangre con una menor gravedad de la enfermedad y riesgo de muerte por COVID-19.
El efecto antiinflamatorio de los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA
Los ácidos grasos omega 3 abarcan diversos beneficios para la salud como disminuir el riesgo de trombosis en las enfermedades cardiovasculares y pueden tener un impacto positivo en las enfermedades inflamatorias, la función cerebral, y salud mental, entre otros muchos beneficios.
Un estado inflamatorio es un mecanismo de nuestro organismo para defendernos de agentes patógenos, como sería el caso del virus Sars-cov-2, con la finalidad de aislar y destruir el agente dañino. Sin embargo, cuando no se controla o se activa de manera inapropiada la inflamación aguda puede conducir a una inflamación crónica persistente, causando asma y trastornos neurológicos degenerativos, así como enfermedades metabólicas, como diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer.
Omega 3 como antiinflamatorio para regular la respuesta de nuestro cuerpo.
Por tanto, es muy importante regular la respuesta inflamatoria. Una forma de prevenir y ayudar a controlar la inflamación es a través de una nutrición rica en omega 3.
La respuesta inflamatoria comprende la interacción de diferentes tipos de células, así como la producción de derivados lipídicos como prostaglandinas, leucotrienos, citoquinas proinflamatorias, entre otros.
En los pacientes críticos de COVID-19, se origina una respuesta inflamatoria exagerada que provoca una elevada concentración de estas sustancias proinflamatorias en la sangre. A partir de los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA se obtienen diferentes moléculas mediadoras de la inflamación como las protectinas, las resolvinas y las maresinas, que actúan suprimiendo la producción de moléculas proinflamatorias.
Omega 3 como antiinflamatorio
Estudios más recientes, sugieren que estos ácidos grasos omega-3 podrían reforzar los procesos de resolución de la inflamación a través de la síntesis de mediadores pro-resolutivos especializados, responsables de la finalización de la inflamación aguda. La comunidad científica sigue avanzando en el estudio anti-inflamatorio de estos nutrientes esenciales intentando definir cómo actúan por separado ambas moléculas.
En un estudio clínico publicado recientemente hallaron que el DHA presenta un mayor efecto antiinflamatorio que EPA, reduciendo los niveles de proteínas inflamatorias, mientras que EPA mostró un rol más importante en la mejora del balance entre proteínas pro- y antinflamatorias.
Ácidos grasos de cadena larga EPA y DHA
Se sabe que los ácidos grasos de cadena larga EPA y DHA se incorporan a la capa de fosfolípidos de las membranas celulares. Esta incorporación, va a depender de un mayor consumo a través de alimentos o complementos alimenticios.
Otro mecanismo beneficioso sobre la inflamación que describen alguno investigadores consistiría en que el EPA y DHA podría desplazar al ácido araquidónico (omega-6), el mayor constituyente de la membrana de fosfolípidos, en la membrana celular y de esta forma contrarrestaría la producción de moléculas proinflamatorias (eicosanoides).
Aporte óptimo de omega -3
Por lo tanto, es muy importante mantener un aporte óptimo de omega -3, al menos 250 mg EPA y DHA al día, para evitar estados inflamatorios crónicos y agudos. Un aporte deficitario de estos nutrientes esenciales en la dieta, puede cambiar la composición de la membrana celular y cada célula necesita una bicapa lipídica saludable y funcional para facilitar las respuestas fisiológicas y mantener la fluidez.
Otro mecanismo de mejora del estado inflamatorio es la regulación de genes diana que intervienen en este proceso. La presencia de EPA y DHA en las células bloquea la activación del factor de transcripción proinflamatorio clave, el factor nuclear kB, retardando así toda la cascada inflamatoria intracelular.
Todos estos datos en conjunto parecen indicar que, los omega-3, especialmente EPA y DHA, podrían contribuir a proteger y ser un tratamiento seguro y relativamente barato para aquellas personas que tienen un alto riesgo de contagio o que tienen la enfermedad.
Los complementos alimenticios de omega 3 EPA y DHA
Los complementos alimenticios de omega-3 forman parte de la categoría de suplementos considerados como GRAS, generalmente reconocidos por los expertos como seguros, basados en su extensa historia de uso o en evidencia científica publicada.
Según la actual opinión científica del panel de expertos en nutrición de la Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA, siglas en inglés), una suplementación diaria de EPA y DHA (hasta 5 g), EPA (1,8 g /día) y DHA (1 g/día) han demostrado que no presentan problemas de salud para los adultos.
Consumiendo Vidalim Aurum diariamente, complemento alimenticio que presenta una elevada concentración de DHA, 1 g por sobre de 10 ml, procedente de microalgas marinas, y antioxidantes del romero, puedes contribuir a mejorar la inflamación y los síntomas de COVID-19.
Vidalim Kids
Si quieres proteger la inmunidad de los más pequeños de la casa podrás hacerlo con Vidalim Kids, que tiene una menor dosis de DHA (250 mg por sobre 5 ml) y tiene como añadido en su formulación, la vitamina D, otro potente nutriente que contribuye al normal funcionamiento del sistema inmune y cuya deficiencia está relacionada con un mayor riesgo de infección por COVID-19.
Los complementos de omega-3 de Vidalim se presentan en un formato de monodosis en aceite de oliva virgen extra, primer prensado en frio, sin sabor a pescado, que permite ser añadido a cualquiera de tus platos diarios.
Con Vidalim puedes disfrutar cuidando tu salud y la de los tuyos.
Autora: Beatriz Fernández Gómez, Doctora en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (UAM-CSIC)
Responsable de I+D y Calidad de FRIALTEC
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